10 de abril de 2007

Frikiviaje: El día perdido (desenlace)

Si, ya se que soy un desastre y que debería haber terminado de contar esto hace semanas, pero es que tengo demasiadas cosas que poner en el blog, por no hablar de traducir el capítulo 2 de Japanorama que también tiene tela. Así que vamos a ello... -_-'

Nos habíamos quedado en el punto en el que Mr. Kitano, el venerable guía voluntario, se había acercado a nosotros y se había ofrecido a acompañarnos por el parque Ueno. Inmediatamente empezó a hablarnos de los orígenes de Ueno y nos dio un mapa a cada uno del parque, luego nos enseño uno de la época feudal con el que pudimos apreciar cuanto había cambiado la zona desde entonces y como en otros sentidos seguía siendo muy parecida.




En la foto podéis ver el mapa de Mr. Kitano, que nos guiaba a la velocidad del rayo por el parque, parándose brevemente a explicar de quien era cada estatua y cada templo, sus orígenes y sus anécdotas. Incluso nos indicaba amablemente que era lo que valía la pena fotografiar y se ofrecía a sacarnos fotos a los cuatro delante de los monumentos (al pobre le temblaba un poco el pulso como podéis ver). Pero no todo fue cultura, también nos preguntó de donde veníamos, donde habíamos estado de Japón y que nos había gustado más... la verdad es que casi todos los japoneses "comunicativos" nos preguntaban lo mismo, supongo que no hay mucho de que hablar con un turista estés en el país que estés ^_^

En la puerta de la izquierda aún se veían agujeros de bala
de alguna de las batallas que tuvieron lugar en el parque Ueno


En cierto modo me siento un poco mal, porque no íbamos con la mentalidad apropiada después de dos semanas en Japón y pese a los esfuerzos del buen hombre hay muchas fotos que sacamos allí y no tengo ni idea de que son. A mí personalmente las últimas paradas en nuestra visita guiada se me hicieron un poco cuesta arriba, porque además del calorazo había cometido el error de estrenar las Vans que me había comprado el día anterior en Shibuya (y para colmo sin calcetines -_-') y me estaban haciendo unas ampollas terribles en los pies. En mi defensa he de decir que nunca se me hubiera ocurrido estrenar zapatos si hubiera sabido cuanto íbamos a caminar, pero claro, yo pensaba que íbamos de "relax"...


¿La estatua de alguien y la tumba de otro alguien?
No cometáis el mismo error, apuntad esas cosas


Cuando nos despedimos de nuestro querido guía Mr. Kitano, mitad héroe y mitad torturador, ya era la hora de comer. Sin embargo antes de ir a buscar restaurante tuve que hacer una parada técnica en una especie de farmacia justo al lado del parque y comprar un par de calcetines que ayudaran a mitigar el dolor. Más tarde, ya de vuelta en el hotel descubrí para mi sorpresa un curioso bordado en ellos que me hizo sospechar que eran de niña así que los cambié por unos mios, pero si os soy sincero creo que en aquel momento en Ueno los habría llevado aunque hubieran tenido pompones rosas colgando >_<

Más fotos de aquel día:





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